Napoleón Bonaparte: Biografía Breve

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Descripción

A mediados de septiembre de 1804, Ludwig van Beethoven, el gran compositor romántico, encolerizado tachaba violentamente la dedicatoria de su sinfonía número tres, la había escrito en honor a Napoleón Bonaparte, quien, Beethoven, había visto como la encarnación de los ideales democráticos, antimonárquicos y anti aristocráticos de la Revolución Francesa. Se acababa de enterar que Napoleón se coronaría como emperador de Francia el 2 de diciembre en la catedral de Nuestra Señora en París, tras la noticia, Beethoven se sintió traicionado brutalmente, para él, Napoleón acababa de enterrar los principios originales de la revolución francesa y no merecía ninguna dedicatoria. Dos años más tarde, el 26 de octubre, el ya emperador de Francia Napoleón encabezaba a las tropas francesas que entraban en Berlín tras haber vencido al ejército prusiano. Con su paso marcial el ejército francés iba dejando un sentimiento de humillación en el alma de muchos germanos, entre ellos Beethoven, ya no lo veían como un libertador sino como un tirano imperialista. Este sentimiento se fue esparciendo por la Europa ocupada por el ejército francés y explotó dos años más tarde en 1808 en España en donde el gobierno monárquico Borbón de Carlos IV fue incapaz de oponerse a Napoleón, pero en cambio el pueblo se levantó en armas. Napoleón pudo atenuar la revuelta, pero no pudo vencerla al transformarse en un sentimiento nacionalista, y este se fue extendiendo a todas las naciones conquistadas del imperio napoleónico. En Rusia contribuyó decisivamente para que el ejército francés fuera aplastado. Después de esta derrota el fin del sueño del imperio napoleónico sólo era cuestión de tiempo. Durante 22 años, desde 1793, año en que se distingue en la Batalla de Tolón y es nombrado general revolucionario a los 24 años, hasta 1815 en que abdica del imperio francés, Napoleón el líder militar carismático surgido de la furia de la revolución francesa, cimbró hasta sus cimientos toda la vida del continente europeo. Su contradictoria figura es de tal dimensión que hoy todavía podemos ver como la ciudad de Paris se engalana con monumentos que lo recuerdan, el arco del triunfo, el obelisco egipcio, la columna Vendôme, por nombrar solo unos ejemplos. Franceses y turistas visitan por cientos de miles su tumba ubicada en el centro de Paris.

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