Descripción
Louis Pasteur El cazador de virus La lucha de los seres humanos contra los microorganismos, especialmente los virus, ha sido permanente, grandes pandemias nos han azotado periódicamente, dejando miles de muertos, como: la peste negra, en el siglo XIV, la gripe española en el siglo XX y en la actualidad el Coronavirus. Enfermedades producidas por los microorganismos como el resfriado común, la influenza, el sarampión, la varicela, por mencionar algunas de las más comunes, constantemente nos afectan. Al principio de nuestra historia no sabíamos que era lo que las producía, toda clase de supersticiones las explicaban, la más extendida era la de la generación espontánea, que sostenía que ciertas formas de vida (animal y vegetal) surgían de manera directa a partir de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de éstas. No fue sino hasta el siglo XVII cuando Antony Leeuwenhoek descubrió el microscopio, por medio de este instrumento se conoció de la existencia de seres o entes que no se podían ver a simple vista. Fue, hasta el siglo XIX con el método científico; observación sistemática, medición, experimentación, formulación, análisis y modificación de hipótesis, que surgieron los primeros cazadores de microbios. El más grande cazador de microbios y científico del siglo XIX fue Luis Pasteur, a quién le debemos haber acabado con la idea de la generación espontánea. Pasteur demostró la existencia de los microorganismos, que había de dos clases, los que ayudaban al hombre y los que lo dañaban, y que a éstos últimos se les podía combatir, eliminar o controlar. Desarrolló para ello el proceso de pasteurización, e impulsó las medidas de higiene. Además, desarrolló una de las primeras vacunas de la historia contra un virus, el de la rabia, que era una de las enfermedades más temidas en esos años. Fue Pasteur un gran cazador de microbios, quien tuvo como base al método científico. Nunca perdió el entusiasmo por la verdad y por la crítica más severa. Nunca afirmó nada que no pudiera demostrar fehacientemente y de manera sencilla y decisiva. Tenía el culto del espíritu crítico. Este espíritu era un don que cultivaba. Porque decía, que siempre tiene la última palabra. Las aportaciones de hombres como Pasteur ayudan a la lucha que hoy se libra contra el coronavirus. Te invito a conocerlo o recordarlo y a tener en mente que sin el método científico no podremos vencer.
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