Descripción
Francisco I. Madero tuvo en su infancia y pubertad lo mejor que su familia y la sociedad porfirista de su lugar y tiempo le pudieron ofrecer. Nunca tuvo un disgusto ni altercado por cuestiones monetarias. Se educó en el seno de una familia multimillonaria y patriarcal, acomodada y pudiente, cristiana y devotamente católica. Fue educado para disfrutar de lo ganado por su abuelo, por su padre y por la familia de su madre. No creció como otros grandes hombres de nuestra Patria, “desde abajo” como Hidalgo, Morelos, Juárez o Díaz, como Zapata, Villa, Obregón, Calles o Cárdenas. Su existencia siempre fue la mejor que el dinero y las relaciones pudieran obtener. Sin embargo, decidió luchar por el ideal, de la Democracia y la No Reelección en México y ello le costó la vida.
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