Descripción
Cuando vi las obras de Van Gogh me sentí como asaltado por el milagro increíble de su fuerte y violenta existencia. Cada árbol, cada franja de tierra amarilla o verduzca, cada seto vivo, cada camino excavado en la colina pedregosa, la jarra de estaño, la escudilla en la tierra, la mesa, la butaca rústica, su pintura era como un ser recién nacido que se alza ante mí, saliendo del espantoso caos de la no-vida, del abismo del no-ser y yo sentía, no, yo sabía que cada una de estas pinturas había nacido de una duda horrible que desesperaba del mundo entero, que su existencia era testigo eterno del odioso abismo de la nada… Yo sentía por doquiera el alma de aquél que había hecho todo eso, quién por esta visión se daba una respuesta para liberarse del espasmo mortal de una duda espantosa. Hugo von Hofmannsthal
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